Otra Navidad a oscuras
Queridos compatriotas,
El fin de año debería ser momento de unión y esperanza, sin importar creencias o preferencias políticas. Sin embargo, la cruda realidad que enfrentamos en Cuba hace que estas fechas sean, para muchos, tiempos de profunda angustia.
Miles de familias cubanas apenas pudieron compartir algo digno en sus mesas durante la Nochebuena, debido al costo exorbitante y la escasez de los alimentos. A esto se suman los apagones constantes, que no solo oscurecen nuestros hogares, sino también nuestros espíritus.
La migración continúa desgarrando a las familias. Cientos de padres, hijos y abuelos tuvieron que conformarse con un saludo distante a través de una pantalla, mientras el peso del exilio y la separación es cada vez más insoportable. Por otro lado, no pocos enfrentan la injusticia de estar lejos de sus seres queridos que cumplen desmesuradas condenas políticas por exigir un futuro mejor.
Para quienes profesan el cristianismo, la Navidad simboliza renacimiento y esperanza. Pero siendo realistas, no hay señales claras de que 2025 traerá cambios positivos: la dirigencia política cubana persiste en discursos vacíos que ignoran el sufrimiento cotidiano de nuestro pueblo, y el panorama internacional tampoco es halagüeño.
En este contexto, queremos reafirmar una verdad irrefutable: Cuba solo será mejor si nosotros, los cubanos, decidimos construirla con nuestras manos y convicciones. La esperanza no es un regalo; es una conquista que requiere ciudadanos activos, conscientes y comprometidos.
Por ello, invitamos a cada uno de ustedes a reflexionar durante estos días: ¿Cuál es nuestro papel en el cambio que deseamos? ¿Cómo podemos contribuir a crear una sociedad justa, solidaria y próspera? Este no es un esfuerzo para otros; es para nosotros, para nuestros hijos y para el futuro de nuestra nación.
A pesar de las dificultades, deseamos que encuentren paz y fuerza en estos días. Que la concordia, la bondad y la determinación nos guíen para enfrentar juntos las adversidades que vendrán.
Con afecto y esperanza en tiempos mejores,
Junta Directiva de CXC