Educación y transición democrática en Cuba: reconstrucción de un modelo cívico
La educación de décadas es un sedimento cultural que no se disuelve con decretos ni elecciones, y cuyo peso condiciona la respiración misma de la vida cívica. La transición democrática no solo demanda nuevos contenidos, sino una pedagogía capaz de reentrenar el juicio, la autonomía y la responsabilidad ciudadana. Porque, al final, ¿cómo puede florecer la libertad en una mente educada para desconfiar de ella?
Adiós al 2025
Casi finaliza el 2025, año de carencias extremas y sacrificios inútiles que no son compartidos por los que nos mal gobiernan desde hace tanto, descansando, protegidos supuestamente por una ideología. El año nuevo está a la vuelta de la esquina. Por eso pienso que la única «consigna» justa que debiéramos repetir ahora, sería hacer realidad aquello que a menudo deseamos en estas fechas: Feliz y próspero 2026. No sé el cómo, pero tal vez este año sea el cuándo.
La Cuba profunda bajo el manto del «Viejo»
El culto a san Lázaro permanece desde la resistencia que fragua el patrimonio cultural religioso en esta Isla. Ojalá «El Viejo» nos proteja como nación e impulse a los cubanos, en el orden cívico, bajo el imperativo: «Levántate y anda». Ese sería el milagro que permitirá el resurgir de la nación cubana.
De la estricta observancia de los derechos humanos
No se adquieren derechos por adoptar, seguir o defender determinados principios establecidos por organizaciones o individuos investidos de poder. Al ser humanos, no podemos ser tratados de otra forma que humanamente, con independencia de nuestras opiniones políticas.
Presos políticos y héroes… ¿de quién?
Los Moncadistas y «Los Cinco» cometieron delitos graves probados, aun así, pudieron contar con leyes y un sistema de justicia independiente y beneficiarse de gestos de los respectivos gobiernos, además de alguna prensa y solidaridad. Son recursos impensables en Cuba. Aquellos gobiernos prestaron atención a los reclamos de su ciudadanía y de organizaciones internacionales. A diferencia suya, el régimen cubano es soberbio, ignora y reprime sin límites.
Derechos humanos en Cuba: el costo insoportable del autoritarismo
Detrás de cada cifra hay vidas y detrás de cada vida, una historia interrumpida por un sistema que empobrece, reprime y fractura a la nación. Ningún gobierno puede sostenerse sobre la negación permanente de los derechos de su pueblo. Nuestro compromiso, que debe ser el de todos los actores democráticos, es contribuir a un futuro en el cual la ley proteja, el Estado responda y los ciudadanos puedan vivir con dignidad, sin miedo y con esperanza.
Oficio de nostalgia. Cuba por Néstor Almendros
Hay un vacío en la memoria colectiva de Cuba. Parece que el ejercicio del olvido ―junto con la nostalgia por un pasado más mítico que objetivo―, conforman la identidad nacional. Es entendible si uno se atiene a los hechos. Más que una nación, es un campo de batalla entre narrativas que desdibujaban todo lo que escapa a su control. Pocos intentos han logrado romper con la hegemonía de los relatos como lo hizo Néstor Almendros.
«Yo no sabía», el himno moral de nuestro tiempo
Del mismo modo que muchos ciudadanos del Reich optaron por no ver las cenizas que caían sobre los vidrios de sus ventanas, o fingieron no escuchar el sonido de los trenes que regresaban vacíos de los campos de exterminio, la indiferencia hacia la suerte de los presos políticos cubanos está lejos de ser un gesto neutro. Es, por el contrario, una forma de colaboración pasiva con el engranaje que los priva de libertad.
La Isla en hueso
Sea porque se borran, sea porque redundan (y no dicen nada), la Patria y el Socialismo que nos dibujaron —que nos prometieron— tras la oleada revolucionaria de 1959, cada vez más son solo eso, un vago y triste dibujo, una promesa falaz que yace bajo el peso abrumador de la única certeza: la muerte.
«El caso Gil». La defenestración que salió mal
Lo extraordinario en el caso de Alejandro Gil es que, por primera vez en décadas, un defenestrado se niega a asumir la culpa y exige transparencia, desafiando la lógica totalitaria que hasta ahora había garantizado el silencio y la sumisión. Todavía no sabemos cuál será el desenlace, pero sea lo que fuere, las fisuras quedan expuestas.
No son 18, somos millones los que queremos un cambio en Cuba
No son solo 18 directivos de El Toque, somos millones quienes aspiramos a una Cuba próspera, plural y democrática, millones que sabemos que el futuro no se forja silenciando voces, sino escuchándolas. Nuestro respaldo es un compromiso con el derecho de todos a pensar el país que queremos sin pedir permiso a ningún poder.
De la coerción a la acumulación. Mecánica de la represión política en Cuba
El sistema de represión política en Cuba no distingue entre lo pacífico y lo violento, ni entre juventud y experiencia. Tampoco importa si el gesto fue legal o marginal o si la crítica fue injuriosa o decente. No respeta edad, sexo, raza, nivel cultural, ni origen territorial. Se trata de una maquinaria diseñada por etapas, que va escalando en el uso de la fuerza, la violencia, el abuso y la gravedad de los delitos que se cometen, y que opera al margen de la ley.
Por la dignidad de todos, todos
El proyecto de homogeneizar a la totalidad de los ciudadanos bajo el rubro de «revolucionario» o «comunista», sin considerar la natural variedad de modos de ser de los humanos y, sobre todo, prescindiendo de que estos pudieran formar parte normal de nuestra existencia socio-política, lesionó en gran medida el desempeño ecuánime y benéfico de nuestra sociedad.
Tras las rejas: ¿a quiénes absolverá la historia?
La frase del guionista británico-estadounidense Jonathan Nolan: «O mueres como un héroe, o vives lo suficiente para convertirte en villano», retrata a Fidel Castro. No murió cuando fue héroe, decidió ser artífice y conductor de un proceso que convirtió en cómplices ―activos o pasivos― a millones. La represión y la muerte echan por tierra cualquier invocación positiva, porque pisotean la dignidad humana que José Martí soñó como ley primera para nuestra República.
La Revolución convertida en ley: fortalecimiento del totalitarismo
En poco más de seis meses, las libertades civiles habían quedado coartadas y los derechos económicos de la ciudadanía se encontraban legalmente a expensas de las necesidades del Estado. La Revolución hablaba por voz de Fidel Castro, ejecutaba sus órdenes y estaba al servicio de sus necesidades.
Entre el dogmatismo y la hegemonía ideológica
La historia de la enseñanza filosófica en Cuba entre 1959 y 2025, es la de un pensamiento que fue traicionado por su propia promesa. Lo que pudo ser una escuela de emancipación se convirtió en una fábrica de certezas. En lugar de formar ciudadanos reflexivos, se formaron creyentes políticos. En lugar de enseñar a pensar, se enseñó a repetir.
La arquitectura de la libertad: Solidaridad y el porvenir de Cuba
Cuba, devastada por el colapso sistémico, los desastres naturales y las enfermedades, enfrenta hoy una situación aún más grave que la de Polonia en 1989, cuando se despojó del yugo totalitario. En tal escenario, las experiencias de la nación eslava, a pesar de las muchas diferencias, pueden ofrecer interesantes referencias a la ciudadanía cubana.
La compañera Castro y yo
Cuando desde el poder se habla de perfeccionar la enseñanza de la historia, lo que se espera es dinámicas que potencien la docilidad del alumnado, sin cuestionamientos ni preguntas incómodas. La historia como ideología o como parte del trabajo ideológico; borrar la memoria, sobre todo del período republicano, o reducirlo a algunas etiquetas. La enseñanza de la historia como adoctrinamiento.
Una propuesta de reforma electoral y un necesario debate
Mantener explícitamente el partido único reduce el anclaje programático y empuja a una personalización de la contienda ―más marketing del candidato que debate de plataformas―, entre tanto, la segunda vuelta tendería a coordinar facciones internas más que proyectos alternativos. Tal escenario estaría muy lejos de ser una salida realmente democrática.
El «Programa de Gobierno» cubano: entre la retórica agotada y la ausencia de soluciones reales
El llamado «Programa de Gobierno» debió ser un punto de inflexión. Podría haber sido el documento que reconociera los límites del modelo vigente y abriera la puerta a una transición responsable hacia una economía mixta, productiva y equitativa. Pero no lo es. Es otro síntoma de una dirigencia que aún prefiere la retórica al análisis, el control a la eficiencia y la preservación del poder a la construcción del futuro.